GONZÁLEZ RUIZ, R. (1); HURTADO LARA, B. (1); ESTEVEZ ALCALDE, A. (3) Y BOZSIK, A. (2)

(1) Univ. Jaén. Dpto. Biología Animal, Vegetal y Ecología. (2) Univ. Debrecen- Faculty of Agriculture (Hungría). (3) NUTESCA. (Baeza, Jaén)

Introducción

Los crisópidos, y en especial las especies del complejo Chrysoperla carnea (Stephens) se citan entre las principales especies de control natural de las plagas, al controlar sus larvas a una amplia gama de fitófagos, tales como áfidos, moscas blancas, trips, microlepidópteros y ácaros . La eficacia de estos depredadores generalistas los ha hecho objeto programas de cría masiva y liberación, para el control en una amplia variedad de fitófagos de cultivos agrícolas y en entornos urbanos.

Recientemente, se ha citado el papel de diversos componentes semioquímicos, presentes en las flores, que estarían involucrados en el proceso de localización del alimento por parte de los adultos. Entre estos se encuentran el 3-metil eugenol , el metil salicilato, el β-cariofileno , el 2-fenil etanol, y mas recientemente al fenil-acetaldehido. No obstante, además de la atracción química ejercida por las flores, la estimulación visual ejercida por el color debe de jugar un papel determinante, a la vista de su atracción a superficies coloreadas, por lo que este tipo de trampas son frecuentemente utilizados en la monitorización de las poblaciones de los crisópidos. No obstante se desconoce la afinidad y grado de preferencia de las principales especies del olivar por los diferentes colores, de uso mas frecuente (amarillo, azul, blanco), lo que constituye el objetivo principal de este estudio.

Material y Métodos

El estudio se ha realizado en un olivar de la provincia de Jaén situado en el término municipal de Mancha Real, de coordenadas: 37º53'9.82"N; 3º35'54.10"W.

En el olivar se estableció un transecto lineal de 700 m de longitud, a lo largo del cual se han establecido 3 puntos de muestreo, separados entre si entre 300 y 350 m.

En cada punto de muestreo se han seleccionado 2 olivos y en cada uno de ellos, a una altura de 1,2 m, instalaron 3 series de 5 placas cromáticas (22 cm x 11 cm) (amarillas, azules y blancas). En cada punto, por tanto el número total de placas de cada color era de 10, por lo que considerando los 3 puntos de muestreo el número total de trampas era de 30/color. Estas fueron renovadas cada mes, entre febrero y noviembre, procediéndose a la determinación taxonómica de los crisópidos capturados.

Igualmente, en cada punto se colocaron 3 trampas McPhail, cebada3 con fosfato amónico al 4% (p/v), siendo el número total de 9. Estas eran renovadas semanalmente, contabilizándose el número total de crisópidos capturados.

Resultados y discusión

En la Gráfica 1 se presenta la frecuencia de capturas de los crisópidos según el color, asi como la correspondiente a cada especie dentro de cada uno de los colores. En general, teniendo en cuenta la totalidad del periodo, se observan diferencias significativas entre ellos (Kruskal-Wallis, p<0,001) . La menor atracción correspondió a las trampas azules (Mann-Whitney, p<0,01), mientras que blancas y amarillas no presentaron diferencias significativas. En cualquier caso, las trampas cromáticas atraen fundamentalmente a los machos (aproximadamente el 90%).

Independientemente del color, las especies del complejo-carnea representan mas del 90%, correspondiendo la mayor abundancia (entre el 65% y el 71%) a la especie Chrysoperla agilis. Chrysoperla carnea sensu stricto presentó una abundancia relativa de entre el 20% y el 27%. Muy minoritarias pues, fueron las otras dos especies del complejo: Chrysoperla lucasina (4%-7%) y Chrysoperla affinis (2%-4%).

Otros crisópidos como Dichochysa prasina, D. zelleri. D. flavifrons y Chrysopa viridiana, representaron menos del 5% .

En la Gráfica 2 se representa la evolución de los estadios fenológicos de las herbáceas durante la primavera y el verano, y en las Gráficas 3y 4 se presenta la frecuencia de capturas de los crisópidos según el color, asi como la correspondiente a las integrantes del complejo-carnea (Graf. 4) durante el estudio.

Las trampas olfativas presentaron capturas durante todo el periodo de actividad de los crisópidos (febrero a noviembre) mientras que las trampas cromáticas resultan poco o nada atrayentes a partir del mes de julio (a excepción de Dichochrysa flavifrons y D. zelleri) probablemente en concordancia con el declive del periodo de floración de floración de las herbáceas (Graf. 2).

En cualquier caso, las trampas cromáticas atrajeron fundamentalmente a machos (aproximadamente el 90%), a excepción de Dichochrysa flavifrons y D. zelleri (Graf. 3b) donde fueron solo hembras, las atraídas al amarillo. A diferencia de estas dos, D. prasina resultó también atraída por el blanco, mientras que Chrysopa viridiana (Graf. 3c) no presentó atracción por el amarillo.

Complejo-carnea

En lo que respecta al complejo-carnea (Grafica 4), el máximo de atracción por el color tuvo lugar en el mes de junio para Chrysoperla agilis y Ch. lucasina , y en el mes de julio para las especies Ch. carnea s. str. y Ch. affinis. Los máximos de junio (Graf. 4 a y d) son coincidentes con el máximo de oviposición de las hembras de la generación antófaga de Prays oleae en los frutos recién formados, lo que reflejaría una mayor actividad oófaga de Ch. agilis y Ch. lucasina sobre esta plaga (en especial Ch. agilis que es la mas abundante).

En general, se observan diferencias significativas entre los diferentes colores (Kruskal-Wallis, p<0,001) . Ch. agilis y Ch. carnea s. str. presentaron menor atracción (Man Whitney, p<0,001) por el azul, si bien no existieron diferencias significativas entre amarillo y blanco.

A diferencia de Ch. agilis y Ch. carnea s. str., las anteriores, Ch. lucasina y Ch. affinis presentaron mayor afinidad por el blanco (p<0,001) y en menor grado por amarillo y azul.